viernes, 13 de abril de 2012

Práctica 3 - Dislexia: trastorno del desarrollo.

[Descripción de síntomas o rasgos]



            La dislexia es una dificultad en el aprendizaje de la lectura y de la escritura, a menudo genética, que interfiere en la adquisición y el procesamiento del  lenguaje. Es de gravedad variable y se manifiesta por las dificultades en el lenguaje receptivo y expresivo, incluido el procesamiento fonológico, la lectura, la escritura, la ortografía, la caligrafía y en ocasiones la aritmética. Se caracteriza porque las adquisiciones de la persona en el ámbito de la lectoescritura se encuentran muy por debajo del nivel esperado en función de su inteligencia y su edad cronológica. Es un problema de tipo cognitivo que afecta aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la escritura, la  memoria a corto plazo, la percepción y la secuenciación.
            Esta confusión que presenta el niño al escribir se da en la posición de consonantes como por ejemplo confundir la –d por la –b, o confundir la –p con la –q.

            Algunos de los rasgos o síntomas principales que se pueden observar en un niño disléxico están entre los siguientes:

            La primera impresión que nos dan estos niños es que son absolutamente normales, brillantes, inteligentes y espabilados y, sin embargo, el rendimiento en la lectura y en la escritura es deficiente, no puede leer y no tienen buena ortografía.
            Por otro lado, se le puede etiquetar como inmaduro, poco inteligente, descuidado, que sigue la programación con el mínimo esfuerzo o que tiene un problema de comportamiento.
            Alto coeficiente intelectual, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran, En exámenes orales le va bien, pero no en los escritos.
            Se siente “tonto”, con baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas; se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes.

            En cuanto a la visión, lectura y ortografía se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
            Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones y revierte letras, números y/o palabras.
            Otro rasgo que presentan es que al leer no entienden lo que han leído y no les sirve releerlo puesto que siguen sin comprenderlo.

            Con respecto al oído y el lenguaje oye cosas que no se dijeron o no son aparentes para los demás. Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
            Se le dificulta poner los pensamientos en palabras. Habla en frases entrecortadas, deja oraciones incompletas, tartamudea cuando está estresado, no pronuncia bien las palabras largas, o traspone frases, palabras y sílabas cuando habla.

            En cuanto a la escritura y las habilidades motoras presenta problemas con el copiado, la manera de tomar el lápiz es diferente y su escritura varía o es ilegible.
            Es tosco, tiene poca coordinación y es malo para los juegos de pelota o de equipo, tiene dificultades con las habilidades motoras finas y/o gruesas y se marea fácilmente con algunos movimientos.

            En cuanto a su comportamiento, salud, desarrollo y personalidad podemos decir que son extremadamente desordenados u ordenados compulsivos.
            Puede ser el “payaso” de la clase, el niño con problemas o ser muy callado.
            Puede tener un sueño muy profundo o despertarse fácilmente. Sigue mojando la cama en edad avanzada.
            Un rasgo puede ser tener fuerte sentido de la justicia, estar emocionalmente sensible y buscar la perfección. Los errores y síntomas pueden aumentar dramáticamente cuando experimenta confusión, presiones temporales, estrés emocional  o mala salud.

            En cuanto a las matemáticas y el manejo del tiempo presenta una batalla para decir la hora, aprender información o tareas secuenciales, o estar a tiempo.
            Depende siempre de contar con los dedos u otros trucos para matemáticas y se sabe las respuestas pero no puede poner el procedimiento en el papel.

            Estas características o rasgos y otros muchos son los que se pueden observar en un niño con esta dificultad en el aprendizaje.




[Edad de inicio]




            Los niños nacen con este problema, lo que pasa es que se les detecta más tarde, normalmente cuando el niño presenta dificultades para aprender, sobre todo en la escuela. Es aquí cuando se actúa para resolverlo y evitar que se empeore.
            De cada cinco problemas de aprendizaje en España, cuatro son de lenguaje escrito o de lectura.

            La dislexia se puede diagnosticar desde los 3 años de edad, ya que los niños que la sufren pueden presentar problemas en el desarrollo del habla (hablar lento), aunque es más probable poderlos identificar cuando están en primaria ya que el niño empieza a leer y a escribir  y muestra mayores síntomas.
            Lo que pasa es que hablar de dislexia antes de los siete u ocho años es muy complicado puesto que, normalmente, el criterio que se suele tomar para definir la dislexia es que el niño que la padece presenta un retraso de un año o dos con respecto a su grupo de compañeros de la misma edad cronológica.


            La dislexia no se manifiesta de la misma manera ni con la misma intensidad en cada niño. Por lo tanto, la recuperación estará determinada por las características de cada persona y por el medio familiar y escolar al que pertenece. Lo que está claro es que la base de una buena recuperación es la detección precoz, antes de que el niño viva la experiencia del fracaso. Aunque aún, en los colegios, no se lleva una buena detección de este problema.




[Curso del trastorno]




            Los factores que se muestran en la evolución de la dislexia según la edad serían los siguientes:
Niños de Preescolar (Educación Infantil):
  • Por ejemplo la historia familiar de problemas disléxicos nos puede guiar a la hora de detectar estos problemas (padres, hermanos u otros familiares).
  • Pueden presentar un retraso en aprender a hablar con claridad.
  • Tienen confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por su fonética.
  • Presentan falta de habilidad para recordar el nombre de una serie de cosas, por ejemplo los colores.
  • Se confunden en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial.
  • Tienen días "buenos" y "malos " en el trabajo escolar, sin razón aparente.
  • Presentan aptitudes para la construcción y los objetos y juguetes "técnicos" como los juegos de bloques (mayor habilidad manual que lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de inteligencia).
  • Tienen dificultades para aprender las rimas típicas de preescolar y para las secuencias.

Niños hasta 9 años:
  • Muestran dificultades para aprender a leer y escribir
  • Aparecen persistentes tendencias a escribir los números en espejo o en dirección u orientación inadecuada.
  • Mantienen dificultad para distinguir la izquierda de la derecha.
  • Pueden aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar  y en general a retener secuencias, como por ejemplo los días de la semana, los dedos de la mano, los meses del año, pero con mayor dificultad.
  • Presentan falta de atención y de concentración.
  • Se frustran, posible inicio de problemas de conducta.
Niños entre 9 y 12 años:
  • Tienen continuos errores en lectura y lagunas en comprensión lectora.
  • Presentan una forma extraña de escribir, por ejemplo, con omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
  • Son desorganizados en casa y en la escuela.
  • Descubren dificultades para copiar cuidadosamente en la pizarra y en el cuaderno y para seguir instrucciones orales.
  • Aumenta la falta de auto-confianza y de frustración.
  • Muestran problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
  • Tienen problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención e inmadurez.
Niños de 12 años en adelante:
  • Presentan tendencia a la escritura descuidada, desordenada y en ocasiones incomprensible.
  • Manifiestan inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de las omisiones, alteraciones y adiciones de la etapa anterior.
  • Tienen dificultades para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en general.
  • Tienden a confundir las instrucciones verbales y los números de teléfono.
  • Tienen gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
  • Tienen dificultades en la percepción del lenguaje, por ejemplo en seguir instrucciones.
  • Presentan baja comprensión lectora.
  • Aparecen conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces, depresión.
  • Tienen aversión a la lectura y la escritura.
Posteriormente y hasta la edad adulta, las dificultades más importantes aparecen en la comprensión de textos y son mayores cuantos más complejos son los textos a leer.




[Déficits]




            La dislexia tiene una implicancia personal y social grave, ya que impide que se enriquezcan los patrones conceptuales y que la persona se integre a la sociedad como ciudadano responsable y consciente. 
            Las familias normalmente muestran desconcierto frente a la dificultad de aprendizaje de sus hijos y no disimulan sus sentimientos encontrados de angustia y alivio, aún sabiendo que la dificultad al fin tiene un nombre, “dislexia”.
            Los padres buscan causas familiares justificativas dentro de la familia normalmente, generándose en ocasiones conflictos en la pareja, así como la sobreprotección del niño. Esto sucede cuando no hay aceptación del problema.
            Esta confusión en los padres recae en el niño, recibiendo un mensaje respecto a los logros que pueda alcanzar. El desconcierto por parte de los adultos respecto del trastorno puede impactar en las expectativas que se tengan en relación a la trayectoria escolar del niño y su futuro.
           
            También es corriente que más padres que maestros se den cuenta de la dificultad en los niños, a través de ciertas señales. Esto genera desconfianza de la familia frente a la institución educativa, surgiendo como causa de este hecho la posible falta de preparación de los docentes en cuanto a estas dificultades de aprendizaje.

            Estos problemas influyen en el niño generándole una mayor dificultad para poder desarrollarse y adaptarse a su entorno puesto que le generan una baja autoestima y autoconcepto.

            Otras dificultades que padecen los niños disléxicos son las siguientes:

·          Dificultades en el reconocimiento y escritura de las palabras

·          Dificultades en la comprensión de la palabra escrita

            Otros problemas que suelen acompañar a la dislexia son: trastorno de déficit de atención e hiperactividad, disgrafía, discalculia y trastorno del desarrollo de la coordinación.
            La dislexia provoca problemas emocionales al no poder realizar los proyectos que se desean, al tener un déficit de concentración al leer, al no comprender los textos, al sentir que nadie les comprende y que los únicos que pueden ayudar son ellos mismos, etc.




[Ideas o creencias erróneas]




·         No es un resultado de un daño cerebral o neuronal.
·         No es causada por una mal formación del cerebro, del oído interno o del globo ocular.
·         Los niños disléxicos no son retrasados mentales: pueden tener un coeficiente de inteligencia normal o por encima de lo normal.
·         La dislexia no es una enfermedad.
·         La dislexia no sólo afecta a los niños que hablan inglés.
·         No es mejor que los niños repitan un grado escolar para superar la dislexia.
·         La dislexia no puede crecer, los niños disléxicos se convierten en adultos disléxicos, y si son identificados precozmente pueden compensar su dificultad.
·         Los niños disléxicos no sólo son los perezosos y los que no aprueban puesto que se ha demostrado que el cerebro de los niños disléxicos tiene que trabajar cinco veces más que el de los demás niños no disléxicos. Como resultado se cansan más rápidamente.
·         No se clasifican como pertenecientes a la clase baja o a familias desfavorecidas.
·         No son personas lentas que no han podido aprender.
·         No todos ven palabras en sentido inverso o al revés.
·         No más niños que niñas tienen dislexia, ocurre igualmente.
·         La dislexia no se cura con ningún tratamiento, se trabaja.
·         La dislexia no interrumpe la alfabetización.





[Consecuencias socio-afectivas
y contexto familiar]





            La dislexia tiene un denominador común, que es la etiqueta previa ya establecida por el propio afectado como por el ámbito social, escolar y/o familiar de que el niño es “tonto”. Cabe indicar que, lógicamente, cuanto más tardío es el diagnóstico de dislexia, más riesgo existe de presentar una agudización de los síntomas emocionales, pudiendo ocasionar, en periodos de adolescentes, daños psicológicos mucho más importantes, añadidos a la propia crisis de edad, exacerbando los síntomas, y a su vez, limitando la posibilidad de reconducir su historia de aprendizaje, apareciendo un alto grado de abandono en los estudios.
            El entorno cercano puede tildarlos de inmaduros, poco motivados o de vagos, y de incapaces y nulos por ellos mismos.
            No debemos olvidar que el apoyo emocional y la ayuda son esenciales sea cual sea la dificultad que tenga el niño. Cualquier actitud punitiva, de exceso de normatividad, de seriedad, distanciamiento emocional y/o castigo ante los problemas de aprendizaje por el entorno educativo o el familiar, determinan la vivencia del niño ante la dificultad, y aumentan o disminuyen su autoestima, si bien el problema de aprendizaje es el mismo. Es decir, los niños que siempre encuentran un apoyo adecuado por al menos uno de los entornos inmediatos tendrán una vivencia más positiva y de menor afectación afectiva, que aquellos que reciben presión por ambos ámbitos. El apoyo de uno de los entornos lo verbalizarán como compensador de las dificultades que encuentran en el otro.
            Mensajes del entorno escolar y/o familiar del tipo “nunca vas a llegar a nada”, “eres un vago” o “no sirves para estudiar”, se quedan grabados en su memoria y dado su bajo concepto los integran como reales y determinan, en muchas ocasiones, sus reacciones posteriores. La vivencia emocional de estas afirmaciones es, por tanto, muy acusada, mucho más de lo que la persona que lo verbaliza pueda imaginar. Los mensajes sociales son similares, en referencia al sentimiento de ser criticados por sus iguales, a consecuencia de su dificultad o de las limitaciones que ésta les conlleva, tanto en el contexto propiamente escolar, como en el deportivo, donde muchos alumnos con dislexia presentan dificultades.
Antes de conocer que éramos disléxicos
·         “Pensaba que los demás podían y yo no”
·         “Antes pensaba que era tonto”
·         “Lo pasaba muy mal en función del profesor que tenía”
·         “Pensaba que me pasaba algo porque no sabía escribir y leer como los demás”
·         “Pensaba que era inferior a los otros” 
·         “Estaba triste y no tenía ganas de hacer nada”
·         “Pensaba que era tonto, un inútil y que no se me daba nada bien”

Ahora ya sabemos lo que nos pasa…
·         “Es importante saber que eres disléxico y compartirlo”
·         “Nos dimos cuenta que no éramos tontos”
·         “Ahora puedo hablar de lo que me pasa”
·         “Las cosas en casa van mejor”
·         “No soy el único, ahora conozco más amigos que les pasa lo que a mí”
·         “Sólo necesito otra manera para entender las cosas”
·         “Ya no me preocupa girar o comerme letras”
·         “Ahora lo entiendo y ya no pienso que soy inferior a los demás”
·         “Ahora que conozco que tengo dislexia, estoy más tranquilo y contento”


Sobre la escuela…
·         “Comentaron que yo no servía, y que era mejor que dejara de estudiar”             
·         “Lo hubieras escuchado”
·         “Luego lo miras en el libro”
·         “Vuélvetelo a leer”
·         “No te corrijo el examen porque no te entiendo la letra”
·         “Por primera vez he encontrado             una profesora que me entiende”
·         “En la clase de apoyo me explican lo mismo pero con menos gente… y yo así no lo entiendo”
·          “Estudio mucho para los exámenes y dedico más tiempo para los deberes, pero las
·         notas son casi siempre bajas”
·         “Por la mañana a veces tengo dolor de barriga cuando estoy en el colegio” “ y es porque no tengo ganas de ir”
·         “Desde que empecé la escuela me ha supuesto mucho esfuerzo poder seguir el ritmo, y muchas horas de trabajo en casa”
·         “Me pongo muy nerviosa y pierdo el punto cuando el profesor me dice que tengo que leer en voz alta”
·         “Siempre llego tarde a la escuela, porque me cuesta mucho levantarme, ya que el día anterior he hecho deberes hasta muy tarde”
·         “Siempre me da mucha rabia que se me olviden las cosas”

En casa…
·         “Siempre llevaba notas de los profesores y por miedo falsificaba las firmas. Ahora no me riñen tanto y lo aceptan mejor”
·         “Siempre me han ayudado porque sacaba buenas notas y me esforzaba muchísimo.
·         El año pasado una profesora me comentó que a lo mejor era disléxico. Desde entonces me animan más”.
·         “Antes me reñían y me castigaban. Ahora me dicen que esté tranquila y que no me preocupe”.
·         “Todo el tiempo me reñían y me decían que tenía que estudiar más”
·         “Ahora me ayudan más en casa haciendo los deberes”
·         “Antes me castigaban mucho, sin tele, sin ordenador, sin game-boy…”
·         “Ya no nos peleamos tanto”

Consecuencias psicológicas de la dislexia con los compañeros:
·         “Se reían de mí porque no me salían las palabras”
·         “Me cambiaron de compañeros al llegar al instituto y lo pasé muy mal”
·         “Mis amigos pensaban antes que yo era tonto”
·         “Desde que saben que tengo dislexia me entienden más y me animan”
·         “Un día me dijeron que era un chollo tener dislexia”
·         “Se rieron de mí cuando conté que había tardado tres horas en hacer los deberes”
·         “Es bueno que los demás sepan que tengo dislexia”
·         “Antes me miraban con cara rara…”



[Otras observaciones importantes]





         He observado que es importante dar recomendaciones a los profesores para que sepan cómo detectar, actuar y evaluar a niños disléxicos puesto que si se trabaja a tiempo se podrán desarrollar con normalidad. En la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específicas para trabajar con sujetos con dislexia:
·         Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
·         Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus posibilidades. Evalúe sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en las áreas que necesita mejorar.
·         Dele atención individualizada siempre que sea posible. Hágale saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda.
·         Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá. Divide las lecciones en partes y comprueba, paso a paso, que las comprende ¡Un disléxico no es tonto! Puede comprender muy bien las instrucciones verbales.
·         La información nueva, debe repetírsela más de una vez, debido a su problema de distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.
·         Puede requerir más práctica que un estudiante normal para dominar una nueva técnica.
·         Necesitará ayuda para relacionar los conceptos nuevos con la experiencia previa.
·         Dele tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. Si no hay apremios de tiempo estará menos nervioso y en mejores condiciones para mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de la pizarra y tomar apuntes.
·         Alguien puede ayudarle leyéndole el material de estudio y en especial los exámenes. Muchos disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de unos padres pacientes y comprensivos en leerles y repasarles las lecciones oralmente.


            La dislexia puede superarse cuando está correctamente diagnosticada y se la trata con paciencia y fuerza de voluntad. Las dificultades en la educación suelen ser el resultado de un diagnóstico equivocado y la consiguiente frustración del niño al sentirse incapaz. Busque las áreas en las que el niño se destaca y ponga el énfasis en ellas. Un niño puede tener problemas para leer, pero ser un genio en matemáticas, música, u otros campos.


El poder de la dislexia



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